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Tuve el gráfico «momento bombilla» nada más leer la primera línea del prólogo de I love you too much, una historia realmente bonita y recomendable sobre el camino hacia la mayoría de edad. Una simple frase me hizo cuestionar: ¿por qué estamos atrapados en una sociedad de sobre-estímulos con un concepto de lo moderno y lo cool tan dictatorialmente estipulado? Cansa, es frustrante, y me recuerda lo sola y perdida a nivel creativo que me encuentro ahora mismo.*

*Nótese que este colapso nervioso tuvo lugar en abril de 2020**, fue intencionado e inevitable.

**En medio del confinamiento*** de la COVID-19.

***¿Alguien sintiendo un «Yo también he estado ahí»?

Esto me hizo volver a la idea raíz detrás de DÉPARTEMENT VII, cómo queríamos que fuese un espacio al que acudir cuando sientes que el mundo se mueve demasiado deprisa y tú no soportas ir a su ritmo. Cuando ves que incontrolablemente, y prácticamente sin darnos cuenta, hemos entrado en el juego de juzgar con demasiadas ideas preconcebidas, basadas en una apariencia o un tipo de expresión creativa concretos.

El arte, la belleza y la percepción y apreciación de lo verdaderamente avant-garde puede venir envuelto de muchas formas. Uno puede encontrar fascinante la cama desecha de Tracey Emin, mientras que otro puede pensar que es lo más absurdo que ha visto en su vida. Naranja, Rojo, Amarillo de Rothko puede despertar magia e intimidad en unos y puro aburrimiento en otros. ¿Es el Balenciaga del siglo xxi el culmen de la reinvención y la tendencia contemporánea, o es un auténtico sacrilegio al legado de la moda?

Ninguna de estas nociones es mejor, superior, más sofisticada o menos aburrida que la otra. De algún modo nos vemos envueltos en una gran conjetura donde ciertos comportamientos, ciertos gustos, ciertas referencias culturales y cierta estética son consideradas más apasionantes que otras. Nos olvidamos de que el potencial creativo y lo artísticamente válido también se puede encontrar en la carencia de pompa, en los momentos menos pretenciosos, en una cerveza o un vaso de vino rodeados de las carcajadas de buenos amigos, en conversaciones de andar por casa, en una armonía más relajada.

Esto es lo que nos ha llevado a construir nuestro (y vuestro) lugar libre de juicios creativos y lleno de inspiración cómoda y carismática.

Para, respira, rebobina. Lee, mira, disfruta.

Bienvenido a casa. Bienvenido a